
REFLEXIÓN DEL MÓDULO:
TyD - Transformaciones y desafíos de la educación
NUEVOS TIEMPOS PARA LA EDUCACIÓN
Las nuevas tecnologías de la comunicación están configurando un nuevo tipo de relación comunicativa en la sociedad y, por extensión, en los procesos de enseñanza y aprendizaje, pero no sólo en el proceso como tal, sino también en su organización, gestión y significado.
El nuevo paradigma de la S.I. se caracteriza por las metáforas de la interactividad, la descentralización, la conectividad, la virtualización, el almacenaje. El cambio de las formas tradicionales de procesamiento de la información emigran hacia la esfera digital. Y esto se da en un nuevo orden global que se caracteriza por el ritmo acelerado de los acontecimientos y la gran explosión científica y tecnológica que trajeron aparejados cambios en los sistemas de producción, distribución y consumo; la organización del trabajo, el empleo y la redefinición de las competencias; la cultura y la organización social; la política y la reconfiguración del poder; los modos de vida personal, las costumbres y pautas sociales de conducta.
Asi como en la primera revolución industrial la invención de la máquina a vapor fue el factor central, la electricidad lo fue para la segunda. (Castells, 1997). Hoy la revolución tecnológica se organiza en torno a las tecnologías de la información y la comunicación, conjunto convergente de tecnología en microelectrónica, computación, telecomunicaciones/transmisiones y la optoelectrónica (…) y la ingeniería genética. (Castells, 1997)
Frente a ello se abre necesariamente el debate sobre la influencia de estas tecnologías en todos los ámbitos de la sociedad, desde el económico al cultural, desde el político al formativo, abriendo nuevas formas de interacción entre las personas, nuevos mercados para el consumo, nuevas estrategias de formación y nuevas formas de ocio y diversión; debate necesario también sobre nuevos objetos simbólicos, nuevas formas de conexión y nuevas formas de organización de los escenarios en general, y en especial, de la educación; debate que no sólo pone en el tapete cuestiones técnicas, sino también humanas y sociales: las nuevas tecnologías de la información no son simples herramientas para ser aplicadas, sino que son procesos para ser desarrollados. (Castells, 1997)
Si prestamos atención a las mochilas de nuestros alumnos o a nuestros portafolios de docentes, comprobaremos con facilidad que en estos últimos años se ha producido un cambio en los materiales y herramientas que encontramos en ellos. Vemos cómo, además de lápices o cuadernos, otra serie de dispositivos comenzaron a ocupar una parte importante del espacio. Así celulares, memorias usb, cd, dvd, pendrive, empezaron a ser más frecuentes en el ámbito escolar. Y así también el DVD portátil, las play station, los joystick, la cámara digital, el mp4, la notebook, se sumaron, como otras herramientas tecnológicas, a la vida personal, familiar y profesional.
En algunos casos esta aparición – adquisición fue lenta (“ya me compré la compu….entré al siglo XXI – me contaba una docente); en otros fue más rápida. En esta galaxia de nuevas herramientas tecnológicas la experiencia no es homogénea para todos, ya que su incorporación ha sido diferente en distintos tiempos y geografías. Mientras en un pueblo de la puna, perdido en medio de los cerros, la escuela del lugar recibe computadoras desde un programa estatal cuando aún no cuenta con energía eléctrica pues vive gracias a la energía solar, en otra escuela de algún barrio de la ciudad, el gabinete de computación sólo es abierto y usado en la hora de informática. La sociedad informacional es más excluyente que incluyente: la brecha registrada entre sectores sociales y regiones geográficas crecientemente marginados de la distribución de los beneficios generados conforme se va consolidando con el nuevo modo de desarrollo. (módulo 1, sesión 1:12)
En lo personal el acceso a las nuevas herramientas tecnológicas se produce a medida que la capacidad adquisitiva lo permite o que descubro nuevas utilidades.
Pero a medida que son incorporadas se observa la existencia de una diferencia generacional con los alumnos teniendo el docente que adaptarse al uso de las máquinas como algo nuevo, mientras ellos crecen utilizando videos, juegos electrónicos, computadora, que forman parte de su vida, lo que hace que las dominen más rápidamente. Parafraseando a E. Morin (1999:39):
¿Quién hubiera pensado que la primera computadora programable, o el transistor fuente de la microelectrónica traería una revolución tecnológica con cambios tan acelerados y sin precedentes?
¿Quién hubiera imaginado que las NTIC tuvieran la potencialidad de distribuir conocimientos e información con tanta rapidez?
¿Qué docente hubiera imaginado que se vería ante el desafío de enseñar en una escuela moderna con alumnos de la era digital en los comienzos del siglo XXI?
¿Qué docente hubiera imaginado que necesite de la ayuda de sus alumnos para poder entenderse con las nuevas herramientas de la tecnología y la informática?
El cambio del rol del docente no es sólo una cuestión teórica, es también una cuestión emocional, ya que la necesidad de aprender a la vez que los alumnos, deja al descubierto mucho más de uno mismo que cuando se transmite un conocimiento previamente organizado. Pero además, los profesores no aceptan con tanta facilidad que la posesión de conocimientos es cada vez más compartida y sienten temor de perder autoridad y verse superados por los alumnos.
No cabe duda entonces que este nuevo panorama está transformando la ecología del aula y las funciones docentes. El desarrollo tecnológico nos está situando ante un nuevo paradigma de la enseñanza que da lugar a nuevas metodologías y nuevos roles docentes. Y no solo eso. Está la interacción que realizamos con las tecnologías de la información, que no sólo aporta información, sino también modifican y reestructuran la estructura cognitiva por los diversos sistemas simbólicos movilizados, favoreciendo habilidades cognitivas nuevas al ofrecer diferentes formas de codificar la realidad y potenciar el desarrollo cognitivo.
Es esta una nueva demanda a la función docente: el maestro debe autoreconocerse como un estudiante de por vida. Debe entender que, como educador en el siglo XXI, es responsable de su auto-formación. Tiene en sus manos la responsabilidad de fortalecer su rol actualizando sus conocimientos, métodos, estrategias, teorías y prácticas pedagógicas. Y para ello se necesita tiempo, como lo define con tanta claridad y sencillez Estanislao Antelo (1999:35): el que enseña es un experto en sujeciones. Apuesta a lo que puede suceder y cede ¿qué cede? Tiempo. (…) Para enseñar, el profesor toma y se toma su tiempo. También les da tiempo a los alumnos y se lo toma. Se dice que hay que respetar los tiempos de los otros. Se dice que hay que tener tiempo para preparar las recetas (…)el tiempo, además, tiene una particularidad. Está un poco loco. Si el tiempo está un poco loco, enseñar es estar un poco loco (…) el aprendizaje no es el orden de lo comunicable sino que es el orden del encuentro, del acontecimiento.
Es este el combate vital para la lucidez (Morin 1999)
Démosle entonces oportunidad a esta locura que despierta la lucidez y la posibilidad de recrearnos alrededor de las NTIC, como lo fue el libro en otros tiempos. Y si no …¿para qué estamos en esta Diplomatura?
BIBLIOGRAFIA
ANTELO, Estanislao. Instrucciones para ser profesor. (1999) Ed. Santillana. B.A.
CASTELLS, Manuel. La era de la información. (1997) Tomo I, Economía, Sociedad y Cultura; Cap 1: “La revolución de la tecnología de la información”
……………………… Prólogo: La red y yo.
GROS, Begoña. De cómo la tecnología no logra integrarse en la escuela a menos que…cambie la escuela. (2004) Jornadas Espiral. Barcelona.
MORIN, Edgar. Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. (1999)UNESCO. Disponible en URL: http://www.educant.org/espacio3/7saberes.pdf
DIPLOMATURA EN EDUCACIÒN Y TICS. MODULO 1. SESION 1 Y 2. FLACSO. (2008)
Las nuevas tecnologías de la comunicación están configurando un nuevo tipo de relación comunicativa en la sociedad y, por extensión, en los procesos de enseñanza y aprendizaje, pero no sólo en el proceso como tal, sino también en su organización, gestión y significado.
El nuevo paradigma de la S.I. se caracteriza por las metáforas de la interactividad, la descentralización, la conectividad, la virtualización, el almacenaje. El cambio de las formas tradicionales de procesamiento de la información emigran hacia la esfera digital. Y esto se da en un nuevo orden global que se caracteriza por el ritmo acelerado de los acontecimientos y la gran explosión científica y tecnológica que trajeron aparejados cambios en los sistemas de producción, distribución y consumo; la organización del trabajo, el empleo y la redefinición de las competencias; la cultura y la organización social; la política y la reconfiguración del poder; los modos de vida personal, las costumbres y pautas sociales de conducta.
Asi como en la primera revolución industrial la invención de la máquina a vapor fue el factor central, la electricidad lo fue para la segunda. (Castells, 1997). Hoy la revolución tecnológica se organiza en torno a las tecnologías de la información y la comunicación, conjunto convergente de tecnología en microelectrónica, computación, telecomunicaciones/transmisiones y la optoelectrónica (…) y la ingeniería genética. (Castells, 1997)
Frente a ello se abre necesariamente el debate sobre la influencia de estas tecnologías en todos los ámbitos de la sociedad, desde el económico al cultural, desde el político al formativo, abriendo nuevas formas de interacción entre las personas, nuevos mercados para el consumo, nuevas estrategias de formación y nuevas formas de ocio y diversión; debate necesario también sobre nuevos objetos simbólicos, nuevas formas de conexión y nuevas formas de organización de los escenarios en general, y en especial, de la educación; debate que no sólo pone en el tapete cuestiones técnicas, sino también humanas y sociales: las nuevas tecnologías de la información no son simples herramientas para ser aplicadas, sino que son procesos para ser desarrollados. (Castells, 1997)
Si prestamos atención a las mochilas de nuestros alumnos o a nuestros portafolios de docentes, comprobaremos con facilidad que en estos últimos años se ha producido un cambio en los materiales y herramientas que encontramos en ellos. Vemos cómo, además de lápices o cuadernos, otra serie de dispositivos comenzaron a ocupar una parte importante del espacio. Así celulares, memorias usb, cd, dvd, pendrive, empezaron a ser más frecuentes en el ámbito escolar. Y así también el DVD portátil, las play station, los joystick, la cámara digital, el mp4, la notebook, se sumaron, como otras herramientas tecnológicas, a la vida personal, familiar y profesional.
En algunos casos esta aparición – adquisición fue lenta (“ya me compré la compu….entré al siglo XXI – me contaba una docente); en otros fue más rápida. En esta galaxia de nuevas herramientas tecnológicas la experiencia no es homogénea para todos, ya que su incorporación ha sido diferente en distintos tiempos y geografías. Mientras en un pueblo de la puna, perdido en medio de los cerros, la escuela del lugar recibe computadoras desde un programa estatal cuando aún no cuenta con energía eléctrica pues vive gracias a la energía solar, en otra escuela de algún barrio de la ciudad, el gabinete de computación sólo es abierto y usado en la hora de informática. La sociedad informacional es más excluyente que incluyente: la brecha registrada entre sectores sociales y regiones geográficas crecientemente marginados de la distribución de los beneficios generados conforme se va consolidando con el nuevo modo de desarrollo. (módulo 1, sesión 1:12)
En lo personal el acceso a las nuevas herramientas tecnológicas se produce a medida que la capacidad adquisitiva lo permite o que descubro nuevas utilidades.
Pero a medida que son incorporadas se observa la existencia de una diferencia generacional con los alumnos teniendo el docente que adaptarse al uso de las máquinas como algo nuevo, mientras ellos crecen utilizando videos, juegos electrónicos, computadora, que forman parte de su vida, lo que hace que las dominen más rápidamente. Parafraseando a E. Morin (1999:39):
¿Quién hubiera pensado que la primera computadora programable, o el transistor fuente de la microelectrónica traería una revolución tecnológica con cambios tan acelerados y sin precedentes?
¿Quién hubiera imaginado que las NTIC tuvieran la potencialidad de distribuir conocimientos e información con tanta rapidez?
¿Qué docente hubiera imaginado que se vería ante el desafío de enseñar en una escuela moderna con alumnos de la era digital en los comienzos del siglo XXI?
¿Qué docente hubiera imaginado que necesite de la ayuda de sus alumnos para poder entenderse con las nuevas herramientas de la tecnología y la informática?
El cambio del rol del docente no es sólo una cuestión teórica, es también una cuestión emocional, ya que la necesidad de aprender a la vez que los alumnos, deja al descubierto mucho más de uno mismo que cuando se transmite un conocimiento previamente organizado. Pero además, los profesores no aceptan con tanta facilidad que la posesión de conocimientos es cada vez más compartida y sienten temor de perder autoridad y verse superados por los alumnos.
No cabe duda entonces que este nuevo panorama está transformando la ecología del aula y las funciones docentes. El desarrollo tecnológico nos está situando ante un nuevo paradigma de la enseñanza que da lugar a nuevas metodologías y nuevos roles docentes. Y no solo eso. Está la interacción que realizamos con las tecnologías de la información, que no sólo aporta información, sino también modifican y reestructuran la estructura cognitiva por los diversos sistemas simbólicos movilizados, favoreciendo habilidades cognitivas nuevas al ofrecer diferentes formas de codificar la realidad y potenciar el desarrollo cognitivo.
Es esta una nueva demanda a la función docente: el maestro debe autoreconocerse como un estudiante de por vida. Debe entender que, como educador en el siglo XXI, es responsable de su auto-formación. Tiene en sus manos la responsabilidad de fortalecer su rol actualizando sus conocimientos, métodos, estrategias, teorías y prácticas pedagógicas. Y para ello se necesita tiempo, como lo define con tanta claridad y sencillez Estanislao Antelo (1999:35): el que enseña es un experto en sujeciones. Apuesta a lo que puede suceder y cede ¿qué cede? Tiempo. (…) Para enseñar, el profesor toma y se toma su tiempo. También les da tiempo a los alumnos y se lo toma. Se dice que hay que respetar los tiempos de los otros. Se dice que hay que tener tiempo para preparar las recetas (…)el tiempo, además, tiene una particularidad. Está un poco loco. Si el tiempo está un poco loco, enseñar es estar un poco loco (…) el aprendizaje no es el orden de lo comunicable sino que es el orden del encuentro, del acontecimiento.
Es este el combate vital para la lucidez (Morin 1999)
Démosle entonces oportunidad a esta locura que despierta la lucidez y la posibilidad de recrearnos alrededor de las NTIC, como lo fue el libro en otros tiempos. Y si no …¿para qué estamos en esta Diplomatura?
BIBLIOGRAFIA
ANTELO, Estanislao. Instrucciones para ser profesor. (1999) Ed. Santillana. B.A.
CASTELLS, Manuel. La era de la información. (1997) Tomo I, Economía, Sociedad y Cultura; Cap 1: “La revolución de la tecnología de la información”
……………………… Prólogo: La red y yo.
GROS, Begoña. De cómo la tecnología no logra integrarse en la escuela a menos que…cambie la escuela. (2004) Jornadas Espiral. Barcelona.
MORIN, Edgar. Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. (1999)UNESCO. Disponible en URL: http://www.educant.org/espacio3/7saberes.pdf
DIPLOMATURA EN EDUCACIÒN Y TICS. MODULO 1. SESION 1 Y 2. FLACSO. (2008)
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